mercredi 21 juillet 2010

Frotando su plumaje con las aspas dolidas.

El ave quiso fenecer rotundamente
porque oyo a la garza descender hacia el abismo
pero la muy pendeja nunca supo
que la caîda no fue de garza
sino del ângel ninfômano y marchito
en aquêl cielo fofo ateo esteril de diciembre...

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