vendredi 8 octobre 2010

La angustia ladraba y ladraba...

Afuera pinche marabunta saturada de pudismo, pinche parvada rabiosa de turbinas impotentes que se empeñan en cortarse los labios de tajo, Afuera empapados, charcos inefables, arroyos fluorescentes de uránicos orines, afuera se castigan las ventanas, existe el eco como respuesta escandalosa, la imbecilidad persiste debatiéndose entre cables y edificios voraces, Mayo de Paris alucinando en Santa Tere, a Juana le angustia el silbido de su estirpe, se expande y se contrae el panorama asemejando un diafragma circense, un pómulo excedente en maquillaje de payaso, una costra cavilante es el paisaje, llega la noche y nosotros, estampida salvaje de criaturas puñeteras, noctívagas obleas de sombra cuajada, revoloteamos como globos, guajolotes dopados con nostalgia humedecida de selva chiapaneca, nuestra patria son palabras como topo y escondrijo, tubo-esófago, mi Nadja Putosky, mi Mruja tuerta y manca, me acalmbre con tus anguilas furiosas, qué debo decir sobre la noche teporocha-efervescente dueña de los infras, quê gemir sin cogote ni tinta, sin pulque ni chupafaros, Don León Chávez Teixeiro hierve en la casuela, en la estufa de gas mostaza cuecen de a poquito los frijoles, viene madrugando el párpado, mi lagañita en la sopa de cebolla, huyamos del tufo irrisorio de este ardor hueledenoche, Santa Tere y San Juan nos esperan con las cloacas y las piernas abiertas.

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