samedi 7 août 2010

La volatilidad mordisqueada.

El acróbata, el héroe disidente ante los ojos del viento
Desafía los pajarracos de playa
Reluce sus millas aeronáuticas a las aves migratorias
Muertas de la envidia, rabiosas y cobardes:
Acrofôbicas arrastradas por artificie.
Me he dado a la tarea de situarnos lejanos
En la efimeridad de los yertos
Cercanos a los miralejos
A los tiempos eólicos mi amor contaminado
Pero el aire no se dopa con vacío
Y sôlo revoloteando con esfuerzo hemos conseguido
Llegar a la era del pánico añil
La era del miedo a las alturas
A las mismas alturas en que llega el salpique de la sangre
El suficiente
Para que las aves
Permanezcan el mayor tiempo posible
En el agua y el asfalto sin embelesarse
Tibias, acurrucadas.

El acrôbata planea encima de nosotros
Un espantapájaros aêreo
Que vigila
Y gambetea en la miseria de las nubes obesas
Borregos barbones
Sabios y felices
Proyectando negativos
Y escupiendo hacia la tierra
Parvadas desenfrenadas
De moléculas calladas, circenses
Como mimos parlantes
Funâmbulos y ebrios de ventisca.

Justo cuando regreses, nos arrastraremos
Cercanos a los soles carcomidos
Espirales, enredando los tornados
Descenderamos sin estrellarnos
En un tobogán invisible hasta nuestros barrios
Y de noche
Volveremos fantasmales
A dônde nunca se verân inmóviles
Las garzas entre los bajamares vencidos.

Se habla de violencia y de fuego en mi patria
Se llama a la razôn y a la vez
La carnicerîa ya no vende espejos
Y a su vez los espejos no reflejan la sangre ni los cuellos
Alrededor de 27 mil cuellos en lo que va del sexenio que se ve inmortal
Engordando como chinche sin hartazgo
Y SIGAN muriendo, mis soldados verdes del asco y del miedo
Y sigan matando la hierba que nunca concebirâ la cabeza de los mas frîos
Los mâs côncavos de raciocinio…

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