mardi 30 mars 2010

La inasibilidad de los rostros.



Fuera, de a poco, los dientecillos de la lluvia disolvîan de la tarde el malva. Se trataba de rostros, del fusolir cigotos de Tlâloc por los hombros y el croac de los topos atômicos, lodazales, las moscas, las facciones antropoêxodas, imaginarios y demâs.

Fuera, oscilaba un nûbil plenilunio a cântaros etêreos & irresistiblemente plexos rigormortiseando, corrorîan y corroîan y el mundo que en su paso efîmero octaeyaculaba, quizâ multiorgâsmica giganta de pubis ladillero e imaginaba piêlagos oscuros como la noche que adereza un ombligo que conduce al ûtero donde duermen tres lagartos y una flor amorfa.

Despuês de que las cresas carcomîan sin tregua tus arterias, y tus cartilagos alimentaron el lêgamo en el que hoy gravito pero blando, supe guardar silencio y atanier a la muerte y torearla cada noche como el rey del celibato desvistiendo a una mujer en huesos y conferirle mûsculos agrios y chuparlos por pura maldad y dejarla encendida como el magma en las ôrbitas de un brujo ciego.

Fuera, las efervescencias estremecîan, atonitamente, los anteojos y veîa blancuzco un vientre sin opciôn a olvido altamente elêctrico y despuês arreciando el frenesî de los ahogados el rîo laxo, fofo al bailable de noctilucas densas y no supe contenerme, era tanta la brutalidad del mundo que me apresurê a tirar las gafas en un contenedor para desechos preferiblemente inolvidables y ahî estabas, desecha, partida en 3 esquirlas convexas al brillo inûtil de esta insîpida ciudad que nada tiene que ver con besos sonoros o lâgrimas policromadas y/o monstruos alelîs y anochece y veo zapatos extraviados y cuellos y hombres sin anteojos pero anteojos sin hombres tan sôlo veo en el arreflû debajo del puente uno sôlo a punto de vomitar eôlicos silencios.

1 commentaire:

  1. ¿Se te perdieron los lentes?
    ¿O alguien volvió a echarlos por el escusado?

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